Un poco de neurociencia

La neurociencia es un campo que estudia el sistema nervioso en todo su espectro, desde su estructura y función; hasta su desarrollo, bioquímica y patología. Además, las neurociencias se interesan por cómo los diferentes elementos del sistema nervioso interactúan entre sí, dando lugar a las bases de la cognición y la conducta.

El estudio del cerebro es un área multidisciplinar en la que intervienen neurólogos, neurofisiólogos, psiquiatras, psicólogos y demás profesionales. Su estudio abarca muchos niveles: molecular, celular, anatómico, conductual y cognitivo, entre otros.

Pero, cuando hablamos de cerebro y conducta, desde el punto de vista de las neurociencias, automáticamente nos viene a la cabeza la siguiente pregunta: ¿Cada función concreta se relaciona con una región específica en el cerebro? Bien, pues sí y no.

Localizacionismo vs holismo

La perspectiva holista defiende que el cerebro no es un sistema con funciones claramente delimitadas y dispuestas a través de sus distintas regiones. De esta forma, se defiende un funcionamiento holístico, es decir, conjunto e integrado, de varias zonas cerebrales para llevar a cabo una función concreta. Esto sucede así sobre todo cuando hablamos de funciones cognitivas superiores y complejas como el lenguaje o la memoria.

La perspectiva holística, además, defiende que cuando una región cerebral es dañada, ésta puede ser compensada por el resto de subsistemas cerebrales. Esto último se relaciona con el concepto de neuroplasticidad, que viene a decir que el cerebro tiene la capacidad de generar nuevas conexiones sinápticas y de adaptarse a la experiencia.

Hasta los años 60, se pensaba que la neuroplasticidad era un privilegio del cual sólo se beneficiaban las personas más jóvenes, existiendo evidencia de que, ante una lesión cerebral, la recuperación y rehabilitación es menos fructífera a medida que la edad avanza. A día de hoy es sabido por toda la comunidad científica que también existe neuroplasticidad en adultos y que ésta es mayor en algunas zonas concretas como el bulbo olfatorio o el hipocampo. Pero este ya es otro tema del cual hablaremos en otro post.

Por su parte, la perspectiva localizacionista considera que el cerebro alberga un lugar concreto para cada función cognitiva, estableciendo una lógica que vincula cada conducta a una parte del sistema nervioso. Esta idea puede hacernos pensar en la antigua y ya desacreditada disciplina fundada por Franz Joseph Gall, la frenología.

Gall consideraba que se podían predecir las actitudes y las conductas de las personas según qué regiones estuvieran más desarrolladas en sus cráneos y que incluso se podía estudiar la personalidad a través de la observación de las protuberancias craneales.

Lejos de esta idea tan descabellada, la postura localizacionista ha ido arrojando argumentos donde sustentarse. Este es el caso de las aportaciones de Paul Broca y de Carl Wernicke.

El área de Broca es una región ubicada en la tercera circunvolución frontal del hemisferio izquierdo, relacionada con la producción del lenguaje. Una lesión en esta zona se relaciona con la llamada afasia de Broca, donde el sujeto queda incapacitado para hablar a pesar de entender perfectamente el lenguaje. Esto sucede así porque existe otra área en el cerebro denominada área de Wernicke, en el lóbulo temporal, encargada de la comprensión del lenguaje. Su lesión causa la llamada afasia de Wernicke, caracterizada por un habla fluida aunque carente de sentido.

Volviendo al debate holismo vs localizacionismo, a día de hoy se puede decir que ambas posturas se validan debido a que ninguna, por sí sola, es suficiente. Es decir, el sistema nervioso es tan complejo que no puede ser explicado de forma completa desde tan solo una de las dos perspectivas. De forma sencilla y resumida, se acepta que los procesos cognitivos superiores responden mejor a una perspectiva localizacionista, mientras que los procesos simples se abordan mejor desde una perspectiva holística.

Finalmente, una visión integradora de ambas posturas es la que mejor se ajusta a la realidad y la que mejores beneficios puede otorgar desde el punto de vista de la neurorrehabilitación.

«Si el cerebro humano fuese tan simple que pudiésemos entenderlo, entonces seríamos tan simples que no podríamos entenderlo«.

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