Las atribuciones cognitivas

¿Qué son las atribuciones cognitivas?

Las atribuciones cognitivas son explicaciones que hacemos sobre las cosas que nos ocurren, de forma relativamente inconsciente. 

Existen atribuciones ante el éxito y ante el fracaso, del mismo modo que existen atribuciones funcionales y disfuncionales, tanto para el éxito como para el fracaso.

Las atribuciones funcionales nos proporcionan bienestar, optimismo, motivación, fuerte autoestima y confianza en nosotros mismos. Por el contrario, las atribuciones negativas o disfuncionales nos proporcionan desconfianza, pesimismo, baja autoestima, baja motivación y malestar psicológico. 

Además, las atribuciones disfuncionales estarían a la base de los pensamientos negativos propios de estados depresivos, relacionándose con la llamada “tríada cognitiva de la depresión” (Beck, 1976), caracterizada por:

  • Pensamientos negativos sobre nosotros mismos
  • Pensamientos negativos sobre el futuro
  • Pensamientos negativos sobre el mundo 

Es por ello que gran parte del éxito terapéutico reside en realizar un cambio en las atribuciones negativas ya éstas son un denominador común en los pacientes que acuden a terapia, ya sea por depresión, ansiedad, baja autoestima, etc. 

Pero ¿qué tipos de atribuciones existen?

Bien, tanto para el éxito como para el fracaso, las atribuciones se clasifican de la siguiente forma:

  • Atribuciones internas/externas: Se refiere a si situamos el locus de control en nosotros mismos, atribuyéndonos la culpa o causalidad de lo ocurrido, o si por el contrario, situamos el locus de control de forma externa a nosotros, atribuyendo la causalidad a factores externos a nuestra persona. 
  • Atribuciones estables/inestables: Se refiere a la percepción de estabilidad temporal que tenemos sobre lo ocurrido. No es lo mismo pensar que ha ocurrido algo negativo y que esa circunstancia se va a extender en el tiempo, que pensar que se trata de algo circunstancial y pasajero. Del mismo modo ocurre con los éxitos. 
  • Atribuciones específicas/globales: Se refiere a la magnificación y generalización que realizamos de las circunstancias o, por el contrario, a la especificidad otorgada a las mismas. Es muy diferente circunscribir una contingencia negativa a un ámbito concreto, que generalizar y pensar que ello va a repercutir negativamente en otros ámbitos de nuestra vida. 

Dicho esto, ¿cómo tienen que ser las atribuciones?

Bien, pues de forma resumida, las atribuciones deberían ser de la siguiente forma:

  • Ante los éxitos las atribuciones deberían ser: internas, estables y globales. Es decir, cuando nos ocurre algo bueno, debemos pensar que esto ocurre por factores internos, estables y globales, como por ejemplo lo son nuestros valores y fortalezas. Tenemos que tener en cuenta que si atribuimos nuestros éxitos a la suerte, esto nos va a generar desconfianza frente al futuro y frente a nosotros mismos. Date cuenta de que la suerte es algo externo, inestable y específico ya que no podemos controlar nuestra suerte, ni tampoco podemos tener suerte todos los días ni en todo. 
  • Ante los fracasos, las atribuciones deberían ser: Internas/externas, inestables y específicas. Es decir, ante un fracaso no se trata de “tirar balones fuera” y no asumir nuestra responsabilidad, nada más lejos. Sin embargo, sí que tenemos que ser condescendientes y comprensivos con nosotros mismos y ver que no todo es culpa nuestra. Es por ello que hablo de atribuciones internas y externas a la vez.  Por ejemplo, puede que hayas suspendido un examen porque no has estudiado lo suficiente (seguramente), pero si la asignatura se te da mal, si llevas una época mala o si ese día no habías descansado bien, es bueno y necesario que lo tengas presente. En este sentido, hacer atribuciones específicas (“esta asignatura es difícil”) e inestables (“no lo he conseguido esta vez, pero estudiando más puedo lograrlo”), es psicológicamente mucho más sano que hacer atribuciones estables y globales (“todo me sale mal”, “no conseguiré nada de lo que me proponga”). 

Aquí te dejo un cuadro resumen para que entiendas cómo han de ser tus atribuciones y lo sencillo que puede ser para nuestro cerebro el invertirlas y provocarnos malestar.

AtribucionesÉxitoFracaso
Buenas Internas
Estables
Globales


Ej: Nuestros valores personales
Internas/externas
Inestables
Específicas

Ej: Una dificultad concreta y temporal
Malas Externas
Inestables
Específicas


Ej: La suerte
Internas
Estables
Globales

Ej: Generalizar, magnificar, pensar que somos un desastre y que todo irá mal.

¿Cuántas veces has tenido éxito y has pensado en tu suerte en lugar de en tus capacidades y fortalezas? ¿Cuántas veces te ha ocurrido algo malo y has pensado que tú tenías la culpa y que no ibas a sentirte mejor por mucho tiempo que pasara?

Desde pequeños, nos han enseñado lo que está bien y lo que está mal, nos han enseñado a pedir perdón y a corregir nuestra conducta, pero nunca nos han enseñado cómo pensar para sentirnos bien. 

No podemos cambiar directamente nuestra forma de sentirnos, pero sí podemos identificar qué pensamientos nos llevan a sentirnos así, o qué pensamientos gobiernan las conductas que nos sumergen en el bucle del cual queremos escapar. 

“Your mind es a powerful thing when you fill it with positive thoughts, your life will start to change”. 

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